viernes, noviembre 28, 2008

martes, noviembre 25, 2008

Mind-blowing

Estaba sentado al borde del colchón, golpeteando con los pies el suelo, los codos en las rodillas y apoyando la cabeza en las manos. Tenía la mirada perdida, y el cabello revuelto se le agitaba a causa del movimiento nervioso de sus piernas. De pronto entornó los ojos, miró; su vista al frente. Había un gran reloj, redondo del todo, con grandes números de vistosos colores; la hora la daba un gran dedo de cartón, el minutero era el rabo de un gato y el segundero una hebra de telaraña de una minúscula araña que daba vueltas alrededor en un bucle infinito.

El reloj marcaba las 08:08, era difícil ver los segundos a esa distancia y más si los marcaba una hebra de telaraña. La pared de que colgaba el reloj era un mosaico enorme; un mosaico lleno de movimiento, lleno de vida, literalmente. Larguísimas enredaderas y plantas cubrían toda la pared. Las hojas es movián al compás de algo que no sabía qué era pues no era el viento; la quietud a su alrededor era abrumadora. Parece una enorme serpiente verde, pensó por último.

Miró a sus pies, descalzos, rosados pedazos de carne embutidos en una graciosa forma. Bajo ellos un profundo abismo, poblado de estrellas, puntos brillantes; fugaces hormiguitas de luz que vagaban aleatoriamente en el insondable vacío. Ora explosiones intensas de claridad, ora impenetrable oscuridad. Así era el suelo. Abrumador, confuso, desorientador; por meros reflejos recogió sus pies y se sentó cruzado de piernas sobre su colchón. Detalló ahora la repulsiva capa de desechos que era su colchón, a la velocidad de la luz desapareció de su mente la familiar imagen del colchón blanco e impoluto cuando sus ojos, y más que sus ojos su nariz detallaron lo que era el colchón en sí; carne putrefacta, ríos de pus, cardúmenes de gusanos y bandadas de moscas verdes que ensordecían con su aleteo sincronizadamente caótico.

Vomitó; desgarradoras arcadas desde lo más profundo del estómago arrancaron y expulsaron todo lo que se podía expulsar. De su boca salieron chorros de metal líquido fundido. Chorros amarillos y calientes salían a increíble velocidad. Pasó el espasmo, los labios llenos de ampollas. Sin dolor, sin nada sólo dejó de hacerlo. La violencia del vómito acabó poniéndolo boca arriba sobre el colchón de putrefacción. No hizo caso a eso, no se detuvo a pensar en su repugnancia. Estaba absorto, maravillado con el cielo, con aquél maravilloso techo que se balanceaba sobre su cabeza.

Letras, palabras, frases, oraciones; párrafos enteros cruzaban, subían y bajaban. Atravesaban el espacio con gracia pero a la vez con estrépito, con la rudeza de enormes titanes literales. Cada letra era un filigrana de increíble belleza y robaba el aliento el detalle de cada una de ellas. Aquello era una tormenta de ideas, la desoladora belleza del caos incomprendido, la caótica belleza de la imcomprensión y la ignorancia.

- ¡Hola! - escuchó de pronto.

Volteó raudo, sus ojos oteaban con rapidez y con sorpresa, pues aquéllo lo sacó de su profundo estado de conmoción.

- ¡Hey! ¡Hay! ¡Hoy!... ¡Hoooooola! - se escuchó la voz burlona.
- ¿Hola? - sin saber por qué contestó.
- ¡Jajaja, aquí, levántate y mírame, soy la "enorme serpiente verde" que viste hace un rato. -
- ¿Qué? -
- Lamento decepcionarte pero no soy una serpiente verde. -

Se levantó y vio la enorme pared verde, el reloj seguía en el mismo sitio y marcaba las 08:07. De pronto entendió el por qué del movimiento de las hojas que había visto antes, efectivamente no era el viento, ni siquiera una leve brisa. ¡Era el acompasado movimiento de la respiración!. Inhalaba y exhalaba con relajante ritmo.

- No te preocupes, el reloj está perfecto, no hace nada cambié a la araña que tenía antes; la pobre al final no podía tejer y pues sin hebras el bordado del tiempo no tiene sentido. Una pena, pero esta que traje es vieja y apenas puede caminar. Aquí el tiempo va hacia atrás. -
- Ehh... ehhh - Apenás alcanzó a balbucear.

La criatura tuvo que romper el silencio.

- Soy un temporótopo. Es decir, un gran, gran, grandísimo bicho, único en su especie; al cual por extrañas circunstancias todo el mundo lo confunde con un muro verde, o una serpiente verde, o un camino verde, o una montaña verde. Pero en realidad soy traslúcido, si quieres puedes caminar hacia aquí, apartar las enredaderas y ver dentro. Algún corazón y varios pares de pulmones es lo más que verás. Pero créeme el efecto resulta espectacular la primera vez. -

La idea de bajar del colchón definitivamente liquidó su creciente curiosidad.

- ¡Jajaja! ¡Hay! ¡Hoy! ¡Hey!. No te vas a caer, aquí no hay gravedad, levitarás a voluntad. Sólo dije caminar porque al parecer no caminar es algo que desorienta mucho a la gente. Pero puedes venir corriendo, nadando, gateando, hasta puedes venir de cabeza dando vueltas como un trompo. ¡Ah!, ¡me encanta eso que llaman break dance!. -
- ¿Qué es esto?, ¿Dónde estoy? -
- Hmmm, bueno si te digo la verdad, no tengo ni puta idea. Sólo sé que estás aquí. Mirarás dentro de mi interior, harás preguntas estúpidas, responderé estúpidamente y desaparecerás.-
- ¿Desapareceré? - Preguntó asustado.
- Hmmm sí, pero no creo que sea como para asustarse, si lo prefieres trascenderás, dejarás este estado, este limbo que no sé que coño es y volverás de dónde viniste. -

Caminó hacia el bicho, hacia el... el termo... No recordaba.

- Temporótopo. - Añadió el bicho.
- Gracias, pero... ¿tienes nombre?. -
- ¡Hoy! ¡Hay! ¡Hey!. ¡Claro que tengo!. -
- ¿Y cuál es?. -
- Vamos rápido con la parte de las preguntas estúpidas. -
- Lo siento. - Le dijo algo abochornado.
- Me llamo Alis aaaaenthp el alambouesster calatirex Empobiuros Al Cuiulir van Vvengeruindo Pas Mon Altius Cos.-
- Ehhh, ¿te molesta si te llamo simplemente bicho? -
- ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey!. Me han llamado "repulsiva bestia demoníaca". Así que bicho está bien. Además con mis 400 pulmones me quedo sin aire cuando tengo que decir mi nombre en mi lengua natal. -
- Ya veo. -
- ¿Quieres escucharlo en mi lengua natal? -
- Ehh bueno. - Dijo indiferente mientras apartaba las ramas del costado de "Bicho".
- Bueno sonaría algo así como... -

Hubo una pausa larga. El reloj marcaba las 08:06.

- Permíteme preguntarte, pero no te he entendido... -
- Porque no dije nada, ¡Hay! ¡Hey! ¡Hoy!. A veces son tan ingenuos. No tengo ninguna lengua materna.-
- ¡Oye se puede ver todo dentro de ti!. -
- Te lo dije, es im... Pre... Sio... Nan... Te. -
- ¿De qué te alimentas?. -
- Hmm bueno en principio devoro humanos como tentempié. Pero básicamente consumo los sueños, el tiempo que corre hacia adelante. Ya sabes por eso de que debe haber un equilibrio y esas cosas. -
- ¿Humanos?. -
- Mierda, no pillas ni una. ¿Tienes por afición hacer preguntas tontas?. - Dijo Bicho con algo de indignación.
- Lo siento, pero es que esto me abruma.-
- A mi también y no hago preguntas estúpidas. Sólo respuestas estúpidas. Directa consecuencia de las preguntas estúpidas que se me hacen. -
- ¿Qué es el amor?, ¿qué es la vida?, ¿trascendemos?, después de la muerte ¿a dónde vamos?, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?. -
- ¡Hoy! ¡Hay! ¡Hey!. Directo al hígado amigo mío. Pero todas esas preguntas son estúpidas, pues con un poco de instrospección de tu parte conseguirás las respuestas. Sólo tu crees que son preguntas complicadas o profundas. -

Hubo un silencio, abajo el abismo se iluminaba por las estrellas vagabundas, arriba la tormenta de letras descargaba rayos de signos de puntuación. Las exclamaciones e interrogantes azotaban con furia el lejano horizonte.

- Explícame entonces lo siguiente. ¿Cómo es posible que te rompan el corazón y que con cada pedacito sigas amando a la persona que te lo ha roto?. -

Silencio sordo, Bicho no pronunció nada, el tiempo retrocedió, imparable. 08:01, 07:00, 06:03, 04:56.

- No lo sé. - Dijo Bicho, con profunda solemnidad.
- Nadie lo sabe, y vine aquí buscando esta respuesta. -
- Lo siento. - fue el turno de Bicho de abochornarse, si tal cosa en un ser traslúcido era posible.
- ¡No sientes nada!. Quien lo siente soy yo. -

martes, noviembre 18, 2008

¿Has pensado alguna vez que estás en un sueño?

¿Qué pasaría si todo lo que eres, fuiste, y quizá serás, resulta ser un sueño y se esfuma en un instante?...

- ¡Buenos días! -
- ¡Buenos días, ahí tienes el desayuno en la mesa, come rápido que te deja tu padre. -
- Sí, sí ya voy, siempre lo mismo "apúrate que esto", "apúrate que lo otro..." -
- ¡A callar y a comer que el tiempo pasa!. -

Comió rápidamente una taza de leche con cereal, jugo de naranja y una pera, subió corriendo como alma que lleva el diablo hasta el baño y se limpió los dientes a toda prisa. Se miró al espejo, arregló, si es que tal cosa era posible, su enmarañada cabellera castaña, se ajutó el cinto y buscó sus pertrechos.

- ¡Alberto, coño, rápido que no tengo todo el día!. -
- ¡Ya vooooy!, ¡No jodas, deja la prisa!. -

Sonó el claxón del carro, bajó las escaleras de dos saltos. Esquivó al perro y a su madre.
- Chao ma! -
-¡Chao hijo, suerte! -

Abrió la puerta del carro, se lanzó en el asiento del copiloto. Encendió el radio y vió la hora.

-¡ Yujuuuuu!, ¡Papá muévelo que llevo 10 mins de retraso!. -
- Siempre es lo mismo, un día de estos te voy a dejar y tendrás que irte andando, a ver si sigues con tus ¡Yujuuus!. -
- Sí, sí menos cháchara y más velocidad. ¡Púyalo!.

Arrancó el carro, rumbo al trabajo del padre, pero dejando antes al hijo en el terminal de pasajeros.

- ¡Aló... sí Mónica, ya voy saliendo, en caso de que llegue tarde, aguántame a esa gente todo lo que puedas, que tuve un problema técnico aquí en casa y no pude salir antes... -
- ¡Claro que no!, mira si quieres te paso a mi papá y le preguntas a ver si no es verdad lo que te dije. -
- Bueno, bueno, besos cielo, estamos hablando en 15 mins que llego allá. Chauuu. -

Se atascó el trafico en las cercanías del terminal de pasajeros y el tiempo asfixiante no le dejó más remedio que hacerlo correr como un atleta de 100 metros lisos.

- No, papá me bajo aquí y llego corriendo al terminal. -
- Bueno hijo que te vaya bien por allá, y ten mucho fundamento ¿eh?. -
- Segurolas viejo, yo llamo por teléfono cuando llegue. -

Sonó el teléfono...

- ¿Qué pasó? -
- ¡Coño! Llego en dos minutos, voy corriendo chao. -
- Sí, sí, es seguro, dile que me disculpe, llego en 2 minutos. -

Diez minutos de atraso, diez minutos que le pasarían factura una vez llegase al destino, pero qué carajos, ya no podía hacer más que correr como un loco y esquivar la gente del andén. Al fin encontró el autobús que debía tomar, todos los pasajeros lo recibieron con efusivos y sarcásticos aplausos.

- ¡Eh, llegó el que faltaba. Cuándo no tu haciendo esperar a todo el mundo. -
- Sabes lo importante que es esta vaina y todavía llegas tarde. -
- ¡Gente!, Discúlpenme, pero es que el carro de mi papá no quería prender cuando iba a salir, de no ser por eso hubiese llegado a la hora, es más hubiese llegado el primero. -
- Verga pana, a ver si te cambias la excusa, que siempre usas la misma. -

Todos abordaron el autobús y salieron rumbo a su destino. Todos conversaron impulsados por la novedad del viaje y las enormes espectativas que todos tenían en él. Pero pronto, uno a uno fueron cayendo en el sueño profundo de aquellos que despiertan antes del alba después de una noche larga.

- Mónica, discúlpame de verdad por llegar tarde, sabes que no era mi intención incomodarlos a todos.-
- No pasa nada amor. -
- Sabes, espero que estés preparada para una sorpresota... -
- ¿Qué sorpresa?.-
- A ver, ¿qué parte de "sorpresa" no entendiste?. Tu espera un poco y verás. Si todo sale como lo calculé, segurísimo que estarás muy feliz. -
- Tonto, que estés aquí sentado a mi lado ya me basta para ser muy feliz... -
- Ja ja ja. -
- Así que te tocará esforzarte con esa sorpresa para hacer muy muy feliz. -

Y se besaron tiernamente. Un beso inocente y largo, un beso de dos personas que se aman y son felices, una al lado de la otra. Ella apoyó su rostro en el pecho de él y ambos se durmieron, casi al mismo tiempo, sincronizados como sólo una pareja de enamorados puede hacerlo. Y el sueño los arropó y todo se desvaneció en los jirones de la inconciencia del sueño profundo. La inconciencia del sueño de alguien feliz.

Un estruendo sordo, un tirón que removió los huesos hasta la médula, el vértigo, la opresión de la gravedad, la rudeza del movimiento. Todo se estremeció. Todo dio un vuelco, un giro inesperado. Aquel impacto removió cada célula, y ya nada sería igual.

- Avance: Un autobús repleto de jóvenes estudiantes colisionó contra un camión que transportaba desechos químicos. Hasta los momentos se han reportado 26 heridos leves, 10 intoxicado por agentes químicos y 1 herido de gravedad, que responde a la identidad de Alberto González. El herido fue trasladado al hospital central de la ciudad y se encuentra en situación de alto riesgo... -
- ¡No puede ser, no puede ser!. -
- ... los conductores del autobús y del camión se encuentran ilesos y fueron trasladados a la comandancia de policía para dar declaración sobre el siniestro. -
- ¡Alberto, Alberto, maldita sea... Maldita sea. -

No sintió nada, no sentía nada, todo era confuso, pero a la vez reveladoramente cruel. Su cuerpo descansaba sobre una camilla en lo que parecía ser la habitación de un hospital, todo rodeado de aparatos cables y químicos. Un tropa de enfermeras y médicos lo rodeaban y tocaban sus heridas. No soportó la visión, ni quería ver aquél cuerpo, irreconocible, pero genuinamente suyo, familiar y conocido.

No salió de la habitación pues era omnipresente, estaba en todos lados y a la vez no estaba. Se concentró en la gente que esperaba fuera de la sala. Ahí estaban sus padres, destrozados; con los ojos hinchados, devastados completamente. Podía escuchar sus pensamientos, podía sentir la pena que los invadía, podía sentir que un vació comía sus almas, y que ese vacío era el espacio que él abandonaba. Ese vacío se acrecentaba pues no tenían esperanzas, la resignación era inminente. No se salvaría.

También estaba Mónica, la vió, la oyó, la sintió, la olió. Pero el dolor le embargó. Ella estaba feliz, estaba liberada, se había sacado un peso de encima de un plumazo. Se había liberado de aquella carga. Alberto entró en su memoria. Como ráfagas de plomo y chorros de aceite hirviendo aparecían las traiciones y las mentiras. Lo lastimaban, lo laceraban. Laceraban su identidad incorpórea, etérea.

Quería salir de aquel infierno, pero no podía. Cada vez hurgaba más profundo en su memoria, cada vez conseguía más y más porquerías. Aquél chiquero lo halaba cada vez más hacia el fondo. Que no quedara nada sin destaparse, nada oculto. Luchó, luchó con todas sus fuerzas, se aferró a lo bueno, a lo que lo hacía feliz, pensó en sus padres, pensó en ella. Buscó en su mente, y allá lo consiguió, un pequeño cúmulo, ahí estaba, de verdad lo quiso, de verdad lo amó y no todo fue una farsa.

Sabía que no debería hacerlo, pero lo hizo, impulsado por la rabia, impulsado por un irracional deseo de sentirse querido. Unas irrefrenables ganas de borrar aquella sonrisa de satisfacción que tenía ella en su mente. Y tocó, tocó aquél cúmulo. Estaba contenido, atado, carcomido por otros pensamientos. Pero lo zafó, zafó el nudo que amarraba su amor por él.

Rompió a llorar, como un bebé recién nacido. Se tiró al suelo. Él la vio llorando, pero no sintió satisfacción. Tocó su mente de nuevo y le dijo:
- ¿Por qué lo hiciste?, no es justo. Pero te amo. Hasta nunca Mónica... Hasta nunca. -

Los instrumentos comenzaron a dar alarmas, el bullicio invadió la sala. Él volvió a la habitación, lloró y se entregó a la muerte.

¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!

domingo, noviembre 02, 2008

Recomendaciones Literarias...

A estas horas, donde no hay nada que hacer, o lo que hay que hacer no provoca hacerlo lo mejor es dar unas cuantas recomendaciones literarias.

Yo sé que independientemente de lo que ponga aquí, los cuatro pelagatos (sí, aunque no lo crean yo los quiero) que leen mi blog ya sabrán y ya habrán escuchado de esto pues los veo casi todos los días. Pero igual me hace ilu escribir para matar el tiempo.

Comenzamos con...

Ciencia Ficción:
  • Saga de Ender de Orson Scott Card: Recomendada 100% del primero hasta casi el final del cuarto libro... Especialmente el primer libro tiene un final magistral, a diferencia del cuarto que es un bodrio merecedor de cualquier desprecio. El quinto y el sexto libro no son malos pero no son tan buenos como El Juego de Ender, La Voz de los Muertos, Ender el Xenocida y Los Hijos de la Mente (menos el final ¬¬). Existe un séptimo, octavo y noveno libro que en realidad no los he leído así que ni puta de idea de cómo serán. ¡Ender y Jane son las mamas!
  • La Saga de La Fundacion de Isaac Asimov: Buena saga de ciencia ficción, con el buen hacer de Isaac Asimov, tiene ciertos detalles que la hacen muy interesante. Son 7 libros, los puedes leer en orden de publicación, tal como yo lo hice, o en orden cronológico del universo de la fundación, leerlo así puede joder algunas sorpresas que no esperarías si lo leyeses tal como lo publició Asimov. Un dato muy importante: ¡La segunda fundación está en el extremo opuesto de la galaxia!.
  • La Saga de Hyperion de Dan Simmons: También recomendable, interesantes giros temporales, la historia narrada desde el punto de vista de varios personajes, muchos personajes, cada uno bien profundo, con su propia historia. A esta saga le pesó un poco el hype que montó el chino y los demás con el final, que al final terminó por no sorprenderme tanto, no es que sea un mal final, es que simplemente no me llenó. Para mi, el mejor libro fue Hyperion, el primero, con las historias de los protagonistas y eso: ¡Aenea no es tan mama como Jane!.
  • Un mundo feliz de Aldous Huxley: Comienza muy interesante, prometedora, puede ser muy buena esta novela... Pero noooo! es un porquería, si alguien me quiere oidiar que lea esta novela y listo. Es muy mala, tanto que ¡ya no me acuerdo de nada!.
Fantasía:

  • El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien: Magistral, sublime, épica. Los tres libros, cada uno mejor que el anterior. Vale la pena mamarse los poemas y canciones, y las descripciones ultradetalladas, porque al final te metes bastante en la historia y todo está tan bien descrito que crees que en realidad existe. Simplemente épica.
  • Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin: Esta saga a diferencia de El Señor de los Anillos no es tan épica ni de proporciones tan vastas y detalladas como ESDLA, pero es que lo mejor que tiene es el exquisito detalle de los personajes, es verdaderamente apasionante cómo Martin plasma los sentimientos de los personajes de una forma tan, pero tan, bizarra, sarcástica, ácida, repulsiva... da gusto leer descripciones tan crudas, sin callarse ni una palabra, es como pasar del guante blanco de ESDLA a una mano sucia, despellejada y llena de mierda. Esta saga aún no se ha concluído y siendo sincero tengo muchas ganas de terminarla.
  • El Hobbit de J.R.R.: Entretenido sin más, más ameno que ESDLA. Es como para un público más jóven, más para niños.
  • Saga de Geralt de Rivia de Andrzej Sapkowski: To follow (es decir no la he terminado, ya pondré mis impresiones).
Y pues nada me faltan muchos libros más, pero ya me ladillé de escribir. Chao hasta la próxima.