- El destino, ¿existe?. -
- No lo sé, no tengo forma de probar que no exista de igual forma que no tengo forma de probar que exista. -
- Pero, ¿qué crees tú?. -
- Que no existe. -
- ¿Por qué?. -
- ¿Tiene cada grano de arena en la playa un destino escrito?. -
- Limítate a contestar y no a hacer una pregunta. -
- Más que una pregunta era un analogía. No existe el destino. -
- ¿Por qué? -
- ¿Qué sentido tendría vivir sabiendo qué pasará a cada instante?. -
- Estamos destinados a algo, pero no sabemos a qué ni cómo, por ello tu argumento queda invalidado. -
- ¿Y si alguien estuviese destinado a saber lo que le depara su destino?; ¿cómo queda mi argumento?. -
- Hmmm. -
- ¿Y si alguien estuviese destinado a impedir que su destino caiga sobre él con todo su peso?. -
- Eh... -
- ¿Y si alguien o algo estuviese destinado a cambiar, a hilar, a dirigir, a escribir el destino del resto?. -
- ... -
- ¿Y si alguien estuviese destinado a eliminar el destino?. -
- ¡Basta de paradojas!. -
- Entonces pregunto, el destino, ¿existe?. -
- No lo sé, no tengo forma de probar que no exista de igual forma que no tengo forma de probar que exista. -
- Jejeje. ¿Entonces hay un hilo argumental, invisible, omnipresente, un tejido enrevesado que marca las pautas de todos nuestros pensamientos y nuestras acciones?. -
- Sí, creo que sí. -
- ¿Por qué?. -
- Porque el destino existe. Tus paradojas están destinadas a existir, por el simple hecho de que tu destino, el de ser testarudo e incrédulo, se cumpla y encaje en el "tejido universal", como has dicho, que es el destino en sí. Es un tapete, un tapiz, con muchos matices, cada uno de nosotros tenemos un camino por dónde transitar, del que no podemos escapar. -
- ¿Qué pasa cuando la hebra de hilo se divide en dos y parte en direcciones opuestas?. -
- Eso no puede pasar. -
- Entonces no ser podemos los hilos de un tapiz. -
- Puede ser, pero sí somos el resultado de un guión maestro, donde ya todo está escrito, inalterable. -
- Sí, somos el resultado de un guión... -
- ¡Sabía que caerías en cuenta, que tus elucubraciones y paradojas colapsarían bajo el peso de mis irrefutables argumentos!. -
- ... Somos el resultado de un guión, pero del que escribimos cada uno de nosotros. Hoy, no mañana, si no hoy...
Lo que está por venir es una hebra deshilachada, con multitud de caminos y recorridos, unas terminan abruptamente, otras no terminan, pero ninguna existe en realidad, solo hasta mañana una de esas infinitas posibilidades se concreta en una hebra tangible.
Ni siquiera son las decisiones que tome yo como individuo, son las mías, las tuyas, las de todos, las que al final terminan tejiendo esa hebra que al término será la que al mirar atrás salte en nuestra memoria; pero adelante, el mañana no existe, no es más que un mar de incertidumbre que colapsará después de hoy... -